Antes de mi primer encuentro con la quimioterapia, tuve que prepararme en mi alimentación. Llegada la fecha me presente a las 8 de la mañana, (es importante haber ingerido alimento antes de recibir el tratamiento). En mi desayuno quite los irritantes y las grasas.

Al despertar tome un vaso con agua tibia, mi desayuno consistió en un jugo de zanahoria con apio, espinaca y limón, un huevo revuelto y un licuado con leche de coco, avena integral,manzana y un poco de canela en polvo.

Quite de mi alimentación azúcar y harinas refinadas.

Cuando llegue a la sala de quimioterapia tenía nervios, lo primero que hizo la enfermera fue ponerme un termómetro mi temperatura estaba bien, mi presión salió alta, (estaba muy nerviosa). Poco a poco me fui tranquilizando, también me dieron a firmar una hoja en donde estaban escritos los nombres de los medicamentos que me iban a inyectar.

Antes de la quimio me pusieron una premedicación para evitar el vomito y nauseas, en cuanto me pusieron la quimio me empece a marear un poco, después me dió mucho sueño, no me dormía pues estaba pendiente del goteo, de vez en cuando tomaba tragos pequeños de agua sola, al final de la última quimio (Carbo platino) ya me sentía cansada.

Al terminar mi tratamiento tenía hambre y cansancio. Al llegar a casa tenía mucha sed y me sentía agotada, el hambre se me había quitado.

Comer paletas de limón sin azúcar me producía bienestar y me quitaba la náusea, pero tomar agua de coco fría me ayudaba a hidratarme y a sentirme con energía.

Categorías: Tips

1 Comments

Celia · 02/07/2020 a las 11:23 pm

Lo primero que pensé después de recibir la noticia de que era cáncer de ovario con metástasis, fue: después de 30 años puede regresar? Estaba sorprendida, por la cantidad de años después, en que se volvió a presentar.
A los 14 años me habían dicho los doctores que habla la posibilidad de que regresará, pero nunca pensé que después de 30 años lo volvería a vivir.
De acuerdo a mi primera experiencia con el cáncer, sabía que ésta enfermedad no era sinónimo de muerte (lo que no sabía en eses momento o no lo quise pensar, fue que a los 14 años no fue cáncer avanzado. Ahora sí lo era) . Así que me enfoque en encauzar mis pensamientos: escuchar una segunda opinión médica, pedir apoyo a la familia, fue lo primero que me vino a la mente.
Y si, si hubo miedo cuando pensé en el tratamiento, ya fuera quimio o radio. Ahí si mi cuerpo entero temblaba.
Pues en el siglo pasado todo el proceso era más agresivo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *